Tras registrar una pérdida operativa de 106 millones de euros y ver reducida su venta de televisores de un 25% a tan sólo un 13%, Philips ha decidido vender el 70% de su división de televisores a la compañía asiática TPV Technology. Y, aunque Philips conserva un 30% de la participación, esta no podrá obtener ninguna cantidad monetaria a no ser que TPV obtenga beneficios.
Al parecer, la venta se debe a que la empresa no ha podido hacer frente a la creciente competencia asiática y sus bajos precios, beneficiados por una divisa nacional debilitada. Aun así, se conservará la marca Philips en los televisores fabricados por TPV durante al menos 5 años fuera de Canadá, China, Estados Unidos, India y Méjico, a cambio del pago de royalties.
Mientras tanto, Philips ha decidido centrar sus esfuerzos en el desarrollo y producción de material médico y sistemas de iluminación dónde, según Frans van Houten, director ejecutivo de la marca, todavía queda mucho potencial por descubrir.
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